La SUPERLUNA ROSA se produce este año 2020 la noche del 7 de abril al 8 de abril, entre las 20:10 horas y las 4:40 horas en que la luna estará completamente llena.
Se denomina superluna a la coincidencia de la luna llena o luna nueva con el máximo acercamiento de ésta a la tierra (el perigeo).
Esto ocurre debido a que la órbita lunar es elíptica. En dichos casos se la suele apreciar algo más grande y brillante de lo normal.
El término superluna fue acuñado por el astrólogo Richard Nolle en 1979.
Es decir, una luna nueva o llena cuya distancia relativa al perigeo de su órbita es mayor o igual que el 90 %. El término fue introducido originalmente debido a que, según Nolle, las superlunas estarían asociadas con grandes huracanes, erupciones volcánicas y terremotos.
Nolle introdujo el término con objeto de caracterizar esas influencias.
A pesar del origen, y de que en principio la definición corresponde tanto a la luna nueva como a la luna llena, con el tiempo el término «superluna» se ha popularizado para referirse genéricamente a la luna llena que sucede cerca del perigeo, y que, por tanto, suele ejercer una mayor fuerza de marea y tener un diámetro aparente algo más grande de lo normal.
Es así bastante habitual que el término sea utilizado sin referirse expresamente a la definición de Nolle, y sin precisar en cada caso qué es lo que se entiende por «cerca del perigeo» (delta máximo en tiempo con respecto al paso por el perigeo, distancia relativa mínima, …), o que, incluso, sea utilizado para referirse genéricamente a las lunas llenas de grandes tamaños angulares, sin precisar cotas concretas, con lo cual todo esto hace que muchas veces el concepto conduzca a confusión y sea ampliamente malinterpretado.
Aunque no es un término científico, si se acepta la definición original arbitraria de Nolle astronómicamente una superluna (llena) sería, literalmente, una luna llena (180º de diferencia de longitud eclíptica con respecto al sol)
Nótese que la definición se establece en términos de distancia relativa al perigeo/apogeo de una órbita dada, y no en términos de unos valores concretos de distancia o tamaño angular, con lo cual no necesariamente las mayores superlunas (máximas aproximaciones al perigeo) se corresponden con máximos tamaños aparentes en términos globales, ya que las mayores aproximaciones podrían suceder en órbitas más cortas y no tener repercusión visual.
Esa definición arbitraria tan poco restrictiva de Nolle implica que, lejos de ser algo excepcional, puede haber sorprendentemente cuatro o más superlunas por año, siempre en grupos de cuatro o cinco seguidas.
Las diferencias de tamaño entre una de estas superlunas y otras lunas llenas normales pueden llegar a ser de hasta un 14 %, unos 4 minutos de arco, en casos extremos (luna cerca del perigeo vs. luna cerca del apogeo), de en torno al 6.5 %, unos 2 minutos de arco, si se compara una superluna grande con una luna llena media ‘normal’, y de en torno al 3 %, alrededor de un minuto de arco, si se comparan superlunas entre sí.
Si la comparación se realiza entre las mayores de cada grupo de 4/5, más o menos una al año (unas nueve por década), las diferencias se reducen a un valor de en torno al 0.2 %, unos pocos segundos de arco, algo imperceptible a ojo desnudo.
Las diferencias en brillo son entorno a un 30 % en esos casos extremos, y de entorno a un 15 % con respecto a una luna llena media normal, lo cual en magnitud visual (ley de Pogson) se traduce en una variación de unas pocas décimas con respecto al valor medio de -12.7 de una luna llena media.
Fotografías: Félix Mangas y Alberto Carrillo / AFPRESS
Vídeo: Alberto Carrillo / AFPRESS
Álbum Fotográfico: