Plasma de pacientes curados contra el COVID-19
«En julio ya podríamos disponer de las primeras dosis en EE.UU.»
El gigante biotecnológico Grifols espera a partir de julio frenar la evolución del coronavirus en Estados Unidos produciendo anticuerpos, inmunoglobulina anti COVID-19.
Es el plazo aproximado que maneja la multinacional española, especializada en el sector farmacéutico y hospitalario, según ha explicado el presidente del área industrial de la División Bioscience de Grifols, Eduardo Herrero.
“Todo dependerá de los ritmos que marque la FDA, la autoridad sanitaria estadounidense. Se trata de un acuerdo de colaboración con diversas instituciones y organismos de salud pública estadounidenses para recoger plasma de pacientes recuperados de coronavirus, procesarlo y producir inmunoglobulinas hiperinmunes”, ha asegurado en un vídeo en el que explica todo el proceso.
Recogerán plasma, la parte líquida de la sangre, de pacientes que hayan superado el coronavirus durante el mes de abril en Estados Unidos, y si todo va como esperan en las instalaciones de Clayton, Carolina del Norte, “en julio ya podríamos disponer de las primeras dosis de inmunoglobulinas. El proceso de producción industrial se estima que dure entre 4 y 6 semanas”, apunta Herrero. “En los Estados Unidos ya han empezado a tratar a pacientes de coronavirus simplemente con la transfusión de plasma de personas recuperadas de esta enfermedad a otros en estado grave”, añade.
Una solución también para España
Una solución también para España, donde ya trabajan en un ensayo clínico con plasma de pacientes recuperados “inactivado por azul de metileno”, una técnica con la que reducen sus patógenos. Están colaborando con determinados hospitales públicos, ya que, a diferencia de los EE.UU., aquí no se dispone de centros de donación de plasma.
“En España además estamos trabajando con la Agencia Española del Medicamento, con diversos hospitales y centros de transfusión, para intentar hacer un ensayo clínico en el que recogeríamos plasma convaleciente, también de donantes que han superado la enfermedad y que tienen plasma rico en anticuerpos”, asegura Herrero.
“Obviamente estamos trabajando en el diseño del protocolo con los comités éticos para poder llevar a cabo el tratamiento lo antes posible”, aclara. “Grifols tiene mucha experiencia en tratamientos de plasma, llevamos años trabajando con éxito en la fabricación de inmunoglobulinas, como hicimos con el ébola en países como Liberia”, recuerda el portavoz de la División Bioscience de la multinacional.
Falta confirmar su eficacia en ensayos clínicos
Cada enfermedad es distinta y también depende del paciente por lo que el tratamiento de transfusión de plasma podría ser eficaz solo en algunos pacientes.
“Esa hipótesis hay que corroborarla, y se hace haciendo ensayos clínicos de forma controlada para confirmar si ese pensamiento, de que ese tratamiento puede curar, sea así”, advierte a RTVE.es Marta Mora, especialista en enfermedades infecciosas del madrileño Hospital de La Paz.
“Este es el mismo principio que se ha usado para intentar curar otras enfermedades como pudo ser el ébola, pero hay otras muchas, y desgraciadamente, esa hipótesis de que el plasma del convaleciente de enfermedad por el virus del ébola curaba a pacientes no se confirmó en ensayos clínicos.
En 2014 profesionales del Hospital Universitario La Paz-Carlos III de Madrid y del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III consiguieron curar del ébola a la auxiliar de enfermería Teresa Romero, la superviviente española del ébola y la primera infectada fuera de África. Los tratamientos que utilizaron, las transfusiones de plasma sanguíneo de la religiosa Paciencia Melgar, y el antiviral faviparvir eran experimentales. Dicen que la acción conjunta de los dos pudo salvar a la auxiliar de enfermería. Hasta ahora no se ha demostrado su eficacia en ensayos clínicos, por lo que de momento mantienen su estatus experimental.
Sin duda la clave de estos tratamientos está en los ensayos clínicos, aclara la doctora Mora. «Hay enfermedades que sabemos que esos anticuerpos curan o protegen de la enfermedad, por ejemplo, la varicela. Ahora nos enfrentamos al coronavirus, que se ha convertido en una pandemia, que está infectando a muchísimas personas. Existe con esa misma premisa la hipótesis de que el plasma podría ser útil para tratar un enfermo activo de coronavirus» -explica Marta Mora- “pero no hay que olvidar que cada nuevo tratamiento o intervención que hacemos los sanitarios con nuevas enfermedades no está exento de riesgos. Todo tratamiento incluido el plasma de convaleciente tiene efectos secundarios que podemos conocer de otros usos en otras enfermedades. Eso siempre hay que ponerlo en la balanza de los potenciales beneficios frente a los potenciales riesgos.”
Fuente: RTVE
Fotografías: Amornthep Srina
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