Mañana 17 de julio de 2020 comienza la batalla por la condicionalidad de las ayudas de la UE y Bruselas es el punto de encuentro escogido para todos los jefes de gobierno que se reunirán para presentar sus propuestas.
Por otro lado, Sánchez vuelve a España con las manos vacías tras visitar Suecia buscando apoyos que blinden la posición de España en la negociación sobre el fondo de reconstrucción.
El presidente del gobierno no ha logrado convencerlo y ha obtenido un no por respuesta por parte del primer ministro sueco.
La Unión Europea debe tomar esta semana dos importantes decisiones: aprobar los presupuestos y aprobar el plan de recuperación económica tras la pandemia del COVID-19.
Mañana viernes y también el sábado en Bruselas, los jefes de gobierno se reúnen en su primer encuentro presencial tras el estallido de la crisis sanitaria. El acuerdo es difícil, tanto por la complejidad de la situación, como por la incertidumbre de dar un paso que no tiene precedentes.
Ajustando los hechos que atañen a la mayoría de países, podrían establecerse dos preguntas claves que deben solventarse. La primera, si la Unión Europea puede y debe ayudar a países con dificultades que han sido duramente castigados por la pandemia. Además, estos países no tienen la capacidad suficiente para revitalizar la economía por sí mismos debido a su alto nivel de endeudamiento como es el caso de España. Si la respuesta a esta primera cuestión fuera de carácter positivo, la segunda pregunta a formular sería: ¿cómo deben llevarse a término estas ayudas?
La UE cuenta con 500 mil millones de euros en trasferencia y una propuesta encima de la mesa que deben decidir si aprobar o no. España contaría con 77 mil millones si la deliberación finalmente es positiva. Y aunque cada uno con sus matices y condiciones particulares, numerosos países están a favor de la concesión de ayudas de la UE por el COVID-19 basadas mayoritariamente en transferencias a fondo perdido.
Por otro lado, se encuentra una resistencia feroz de países denominados como “frugales” entre los que se encuentran Países Bajos, Dinamarca, Austria y Suecia con Holanda a la cabeza, que abogan por las ayudas con más créditos y menos transferencias, aunque también con sus propias condiciones.
La batalla por la condicionalidad será clave en esta reunión con el objetivo de plantear nuevas reformas que aseguren, controlen y supervisen que el dinero sea destinado a unos objetivos que estén de acuerdo con las líneas marcadas por la Unión Europea.
Suecia rechaza la propuesta de Sánchez
Sánchez regresa a casa con las manos vacías tras su gira europea buscando apoyos que resguarden a España en la negociación por la condicionalidad de las ayudas de la UE. El encuentro el pasado miércoles con el primer ministro de Suecia, el socialdemócrata Stefan Lofven, ha sido fallido pues el presidente español no ha conseguido convencer al primer ministro sueco. Este último alegaba posteriormente en una rueda de presa que: “El fondo debe ser de créditos, no de subsidios”. Por otra parte, también aseguraba que será “muy difícil, aunque no imposible llegar a un acuerdo en la reunión que se celebrará en Bruselas este fin de semana”.
Sánchez por su parte, señala que el gobierno español mostrará en la negociación una postura “empática” respecto al resto de gobiernos y afirma que no cierra la puerta del diálogo para ceder en algunas posiciones: “Todos tendremos que hacer renuncias”. Al mismo tiempo, recalcaba que España no se niega a los créditos, pues desde el primer momento ha aceptado la propuesta de la Comisión Europea, donde en préstamos de devolución contiene una cuantía de 250.000 millones de euros.
Aunque finalmente el ministro sueco no ha aceptado las propuestas de Sánchez, ambos coinciden en que la reunión ha resultado “fructífera” y su único objetivo de cara a la cumbre, que en pocas se celebrará, es llegar a un acuerdo común.
Crónica: María Vecina / AFPRESS
Fotografía: Artur Román / Markus Spiske