Este día representa el fin de la Semana Santa. El buen tiempo ha acompañado este fin de las Pascuas 2021 se ha notado en la afluencia de personas en el pantano de Elche para celebrar esta festividad tan arraigada.
Tradicionalmente, este lunes de pascua las familias ilicitanas y amigos se reúnen para comer las monas de Pascua (si llevan huevo) o fogasas/fogasetas, si no lo llevan. Elaboradas con huevos, harina, azúcar, y aceite conformando una masa firme, pero que al hornear resultan un bocado delicioso.
Las hay tradicionales, sin relleno. Pero como todo evoluciona, en el arte de las monas o fogasas/fogasetas también se han añadido rellenos tentadores como crema, merengue, nata, chocolate o trufa. Convirtiendo una tradición en un verdadero placer para los sentidos.
De todos modos, es un dulce muy tierno, que resulta irresistible tanto para grandes como para los más pequeños de la casa.
Se han celebrado numerosos encuentros siguiendo el protocolo covid-19. Así como actividades de ocio, sólo en grupos de convivientes, en merenderos y zonas de recreo en contacto con la naturaleza. Unos/as eligen las playas, otros/as sus campos, y muchos han optado por la zona del pantano de Elche.
Este año, circunstancialmente, por la pandemia del covid-19 se han tenido que incluir varios elementos a la celebración: la mascarilla quirúrgica en sus múltiples variantes (adulto, niño, lisas, estampadas, etc), la distancia social y la reducción de personas en las reuniones.
La afluencia de personas ha sido bastante elevada, ya que los ilicitanos/as no han querido dejar de cumplir esta tradicional fiesta de merendar en el campo en compañía de familiares y amigos/as. También ha estado presentes las patrullas de la policía local para vigilar la zona.
Como ha pasado desde que empezó la pandemia, la imagen de esta celebración se ha visto “modificada o alterada” por la situación sanitaria. Pero más vale prevenir y ya vendrán más Pascuas y eventos donde se pueda disfrutar como antaño.
Como nota anecdótica: Era tradición en Elche que las mozas rompieran el huevo de la mona en la frente de los chicos, que eran de su agrado. Aunque en los últimos años, esto se convirtió en un juego en el que eran los niños quienes cascaban los huevos en la frente de sus padres.
Crónica: Paco Ciclón y Alberto Carrillo / AFPRESS
Fotografía y video: Alberto Carrillo /AFPRESS
