- Insisten en la importancia de evitar quemaduras solares y proteger de manera especial a niños, personas con piel clara.
- Recomiendan prudencia y sentido común en la exposición solar este verano, además de usar factor de protección SPF 50+, gorro, gafas de sol y evitar las horas centrales del día
Elche, 04 de agosto de 2023 – El Hospital Universitario del Vinalopó, del grupo sanitario Ribera, aconseja un control periódico de lunares para detectar las lesiones sospechosas en la piel y tratarlas en estadios iniciales. Cada año se diagnostican en España alrededor de 7.500 casos de melanoma, que representan el 4% de los tumores malignos de piel, pero son responsables del 80% de las muertes, sobre todo en los casos en los que no se detecta de forma precoz.
La Dra. Irene Latour, jefa de dermatología, explica que “es aconsejable que los pacientes se hagan autoexploraciones varias veces al año pero, en el caso de pacientes con factores de riesgo como antecedentes personales o familiares de melanoma, aquellos con lunares atípicos, los que han tenido quemaduras solares o exposición solar crónica, enfermedades genéticas que predisponen al cáncer de piel o pacientes con tratamiento inmunosupresor, son necesarios controles por un médico especialista”.
Es importante mantener una correcta protección solar que incluye usar cremas fotoprotectoras con factor 50+, utilizar gorros, gafas y camiseta, así como evitar la exposición solar en las horas centrales del día. “Es importante la prudencia y el sentido común, utilizar factores de protección altos y no olvidarse de reaplicar la crema cada cierto tiempo y después de los baños”, asegura, y en la medida de lo posible, explica, evitar la exposición solar cuando el factor de radiación es igual o superior a 7. Además, la doctora Latour recuerda que estas medidas “hay que tomarlas no sólo al ir a la playa, sino también al hacer actividades al aire libre, como pasear o practicar algún deporte o trabajos en exterior”.
Para la autoexploración, recomiendan seguir la regla del ABCDE para detectar cambios que se observan en los lunares como el crecimiento o la coloración: A de asimetría, B de borde, C de color, D de diámetro y E de evolución.
La doctora Latour explica que mediante el uso de un dermatoscopio, se puede hacer un estudio de lesiones cutáneas “de una manera no invasiva, este aparato tiene una lente de aumento con luz polarizada que nos permite ver estructuras y patrones que no se perciben a simple vista, mejorando así la precisión diagnóstica”. Además, en los pacientes con antecedentes personales de melanoma, recomienda un mapeo de lunares, es decir, un registro fotográfico de las lesiones pigmentadas mediante un dermatoscopio digital, que lleva asociada una cámara y un software para almacenar imágenes macro y dermatoscópicas de los lunares. “De esta forma, los especialistas podemos compararlas en las siguientes revisiones y detectar si han aparecido lesiones nuevas o si se han producido cambios en las preexistentes”, asegura.