El Plan Director del aeropuerto Miguel Hernández de Alicante-Elche y su impacto sobre el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola

El aeropuerto Alicante-Elche Miguel Hernández es uno de los más importantes de España, con más de 15 millones de pasajeros al año. Para atender la creciente demanda de tráfico aéreo, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana aprobó en 2019 el Plan Director del aeropuerto, que contempla una inversión de 337 millones de euros hasta 2034.

Entre las actuaciones previstas en el Plan Director, destaca la construcción de una segunda pista de aterrizaje y despegue, paralela a la actual, que permitiría aumentar la capacidad operativa del aeropuerto y reducir los retrasos y cancelaciones. Hay que destacar, esta obra también supone un riesgo para el medio ambiente, ya que afectaría al Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, un espacio protegido de gran valor ecológico que se encuentra junto al aeropuerto.

El Parque Natural de las Salinas de Santa Pola es un humedal artificial creado por la actividad salinera, que alberga una rica biodiversidad de flora y fauna, especialmente de aves acuáticas. Entre las especies más emblemáticas que habitan o visitan el parque se encuentran el flamenco, la cigüeñuela, el chorlitejo patinegro, el águila pescadora o la malvasía cabeciblanca. El parque también cumple una función de regulación hídrica, de protección frente a la erosión y de fijación de carbono.

El impacto de la segunda pista sobre el parque natural dependerá de las medidas de mitigación y compensación que se adopten, así como de la vigilancia y el seguimiento que se realicen. Algunos de los posibles efectos negativos que se podrían producir son:

  • La pérdida o fragmentación de hábitats naturales, tanto terrestres como acuáticos, por la ocupación de terrenos y la construcción de infraestructuras asociadas a la pista (vías de acceso, iluminación, señalización, etc.).

  • El aumento de la contaminación acústica, lumínica y atmosférica, que podría alterar el comportamiento, la reproducción y la supervivencia de las especies del parque, así como la calidad del agua y del suelo.

  • El incremento del riesgo de colisión entre las aeronaves y las aves, que podría provocar daños tanto a las personas como a la fauna.

  • La disminución del valor paisajístico, cultural y educativo del parque, que podría afectar al disfrute y al conocimiento de los visitantes y de la población local.

Para evitar o minimizar estos impactos, el Plan Director del aeropuerto debería contemplar una serie de medidas, tales como:

  • Realizar un estudio de impacto ambiental riguroso y participativo, que evalúe las alternativas posibles y las medidas correctoras necesarias.

  • Respetar la normativa ambiental vigente, tanto nacional como autonómica y europea, que regula la protección de los espacios naturales y las especies amenazadas.

  • Coordinar las actuaciones con los gestores del parque natural y con los agentes sociales implicados, como los ayuntamientos, las asociaciones ecologistas, los grupos de interés o la ciudadanía.

  • Aplicar medidas de prevención, mitigación y compensación, que reduzcan el impacto sobre el parque y favorezcan su conservación y restauración.

  • Establecer un sistema de vigilancia y seguimiento, que permita controlar el cumplimiento de las medidas y evaluar sus resultados.

El Plan Director del aeropuerto Alicante-Elche es una oportunidad para mejorar la conectividad y el desarrollo socioeconómico de la zona, pero también una amenaza para el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, un patrimonio natural de incalculable valor. Por todo esto es necesario buscar el equilibrio entre todos estos intereses, solo así se podrá garantizar la compatibilidad entre la ampliación de la infraestructura del aeropuerto y la conservación del medio ambiente y de la fauna.

Crónica y fotografías: Alberto Carrillo / AFPRESS