PROCESIÓN DEL NAZARENO EN ELCHE: UN RECORRIDO IMPREGNADO DE FE Y TRADICIÓN

La solemnidad y el fervor se manifiestan en las calles de Elche en la noche del Miércoles Santo con la imponente procesión del Nazareno. Este ícono de gran devoción para los ilicitanos emprende su recorrido por el centro histórico en un acto que fusiona tradición, fe y emotividad.

Organizada por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la procesión dio inicio a las 21:30 horas desde el Asilo Hogar San José. La imagen del Nazareno, cargada de simbolismo, es llevada en andas por un grupo de cofrades ataviados con túnicas moradas y fajines dorados, en una muestra de respeto y veneración hacia esta representación religiosa.

Considerada uno de los momentos más esperados de la Semana Santa de Elche, la procesión del Nazareno atrae a miles de personas que, imbuidas de recogimiento y devoción, acompañan a la imagen en su trayecto por las calles de la ciudad, formando un mar de fieles que rinde tributo a su fe.

La imagen de Jesús con la Cruz a cuestas, representativa del camino del Calvario, expuesta al culto en la Basílica de Santa María, es una pieza de incalculable valor histórico y religioso. Atribuida a Nicolás de Bussi, del siglo XVII, esta obra es un símbolo de la devoción que despierta en los corazones de los creyentes.

El paso actual, obra del escultor murciano D. Juan Lorente Sánchez en 1989, es un ejemplo de maestría artística barroca, elaborado con tallas de madera y embellecido con pan de plata patinado en oro y fondos de caoba. La meticulosa labor de Orfebrería Religiosa David de Valencia en la confección de los faroles, arcos de campana e incensarios, añade un toque de esplendor a esta pieza de veneración.

En la estructura de la cofradía, los portadores del paso, conocidos como «pilares», son dirigidos por un «alet», en una organización que remonta a antiguas tradiciones. En sus orígenes, la imagen era llevada por apenas cuatro personas en un paso de dimensiones modestas, evolucionando con el tiempo hasta la imponente procesión que presenciamos en la actualidad.

A lo largo de los años, el paso ha experimentado diversas modificaciones y mejoras. Desde la confección de nuevas andas en 1946 por un carpintero local, hasta la transformación del trono para su portabilidad sobre hombros en 1986, cada ajuste ha buscado realzar la majestuosidad y el esplendor de esta manifestación de fe.

La procesión del Nazareno en Elche es mucho más que un evento religioso; es un símbolo arraigado en la identidad y la cultura de la ciudad, una expresión de devoción que perdura a lo largo del tiempo, renovando la esperanza y la fe en cada paso dado.

Crónica y fotos.: AFPRESS/ Paco Ciclón