Errores graves que empañaron el evento
Elche celebró el pasado 5 de enero una nueva edición de la tradicional Cabalgata de Reyes Magos, un evento que combina historia, tradición y alegría familiar. Sin embargo, la edición de 2025 estuvo marcada por incidentes que estuvieron a punto de arruinar la noche. El desfile, que debía comenzar a las 18:00 horas, sufrió un retraso de hora y media debido a problemas de organización, lo que generó frustración entre los miles de asistentes.
El incidente más grave fue el caos relacionado con las sillas reservadas. En el tramo inicial de la calle Jorge Juan, los asistentes se encontraron con números duplicados y sillas que ya estaban ocupadas pese a haber sido pagadas previamente. La venta de localidades por encima de la capacidad real provocó enfrentamientos verbales y actitudes desafiantes entre los asistentes, quienes exigieron una solución inmediata. En medio del desorden, se envió un camión con más sillas, pero el daño ya estaba hecho: la tensión y el malestar habían empañado el inicio de la jornada.
El lado humano y festivo de la Cabalgata
A pesar de los problemas, la Cabalgata consiguió finalmente recorrer las principales calles de Elche, devolviendo la alegría a las familias que aguardaban con ilusión la llegada de los Reyes Magos. Desde la Avenida de Novelda hasta la Diagonal del Palau, el desfile fue un despliegue de luz y color. Los pajes reales repartieron caramelos a manos llenas, mientras las carrozas iluminadas transportaban a Melchor, Gaspar y Baltasar bajo la atenta mirada de los más pequeños, quienes no pudieron contener su entusiasmo.
La Plaza de Baix y el Puente Ortices fueron algunos de los puntos más concurridos del recorrido, con familias agolpadas para no perderse ni un detalle del desfile. Finalmente, el cierre en la Diagonal del Palau, con un espectáculo de fuegos artificiales, logró arrancar aplausos y sonrisas, recordando que, pese a los inconvenientes, la magia de los Reyes Magos sigue siendo el verdadero corazón de esta noche especial.
Crónica, fotografías y vídeo: Alberto Carrillo / AFPRESS
