Ayer, Elche celebró con gran fervor el Día de la Virgen de la Asunción, cerrando la jornada con un deslumbrante castillo de fuegos artificiales que iluminó el cielo a las 23:55 horas. El espectáculo, lanzado desde el icónico Puente del Ferrocarril, sirvió como el broche de oro de un día repleto de tradición, música y festividad que dejó una profunda huella en la memoria de todos los presentes.
Desde las primeras horas del día, la ciudad se sumergió en un ambiente festivo, con actividades religiosas y culturales que rendían homenaje a la Virgen de la Asunción, patrona de Elche. Las calles se llenaron de color, con procesiones que recorrieron los rincones de la ciudad, mientras que conciertos y eventos culturales animaban a residentes y visitantes por igual.
El momento culminante de la jornada llegó con el esperado castillo de fuegos artificiales. La noche se transformó en un espectáculo de luz y sonido, con destellos que cruzaron el cielo de Elche, acompañados de un estruendoso eco que resonaba por toda la ciudad. El Puente del Ferrocarril, convertido en el epicentro de la celebración, congregó a miles de ilicitanos que se reunieron para ser testigos de este evento único.
Este cierre espectacular no solo fue un tributo a la Virgen de la Asunción, sino también una muestra del espíritu festivo y de la riqueza cultural que caracteriza a Elche en estas fechas. La combinación de tradición y modernidad quedó reflejada en cada aspecto del día, desde los actos más solemnes hasta los momentos de mayor celebración, mostrando la vitalidad y la pasión de una ciudad que sabe mantener vivas sus tradiciones.
El castillo de fuegos artificiales, que despidió el Día de la Virgen, dejó en el aire un sentimiento de orgullo y unidad entre los ilicitanos. Fue un cierre memorable que no solo marcó el final de un día especial, sino que también reafirmó el compromiso de la ciudad de seguir celebrando esta tradición con el mismo entusiasmo en los años venideros.
Mientras la NIT DE L’ALBÀ 2024 deja sensaciones encontradas
No obstante, la NIT DE L’ALBÀ 2024, otro de los eventos más emblemáticos de las fiestas de agosto en Elche, dejó sensaciones encontradas entre los ilicitanos. Mientras algunos celebran la magnitud del evento, otros critican la falta de color y espectáculo visual que caracterizan esta noche mágica.
Este año, la NIT DE L’ALBÀ fue una noche marcada por el estruendo de más de 70,000 cohetes, lanzados según el programa de fiestas, pero muchos asistentes quedaron decepcionados por la escasez de las tradicionales palmeras de fuegos de colores, que suelen iluminar el cielo de Elche. A pesar de las expectativas generadas, la realidad fue que la densa capa de humo generada por la enorme cantidad de cohetes ocultó gran parte del espectáculo visual, dejando a muchos con la sensación de que algo faltaba.
El contraste entre la cantidad de cohetes y la calidad del espectáculo visual ha sido el foco de la discusión en la comunidad. Aunque el alcalde de Elche y sus seguidores han calificado esta edición como «la mejor NIT DE L’ALBÀ de la historia», una parte considerable de ilicitanos tiene una visión menos entusiasta, señalando que la tradición parece haberse desviado hacia un enfoque más cuantitativo que cualitativo.
Para los más veteranos, la NIT DE L’ALBÀ 2024 no logró capturar la esencia que ha hecho de este evento un símbolo de las fiestas de agosto en Elche. La crítica no solo se centra en la falta de color, sino en la experiencia general, que dejó a muchos con la sensación de que la tradición se está alejando de lo que solía ser.
Por otro lado, es importante reconocer que organizar un evento de esta magnitud conlleva desafíos significativos, y la seguridad de los asistentes siempre es una prioridad. La gran cantidad de cohetes lanzados, aunque impresionante en cifras, también trae consigo la necesidad de gestionar los efectos secundarios como el humo, que este año fue especialmente denso debido a condiciones atmosféricas.
En resumen, mientras que el cierre del Día de la Virgen de la Asunción fue un éxito rotundo, la NIT DE L’ALBÀ 2024 será recordada por su estruendo y la masividad de los cohetes, pero también por la ausencia del colorido espectáculo que muchos esperaban. Este año ha puesto de manifiesto que la cantidad no siempre es sinónimo de calidad, y ha dejado abierta la discusión sobre cómo equilibrar ambos aspectos en futuras ediciones de esta tradición tan querida por los ilicitanos.
Crónica y Fotos.: Paco Ciclón / AFPRESS
Video: Alberto Carrillo / AFPRESS