Esta ceremonia, que tiene como misión probar la serenidad de los personajes que deberán bajar en los aparatos aéreos del Misterio -especialmente los niños-, así como el perfecto funcionamiento de la tramoya del «cielo». En tiempos pasados se hacía de manera totalmente informal: los artefactos celestes -granada, araceli y coronación- aparecían sin recubrimiento de oropel y sus ocupantes sin vestiduras angélicas. Además, los niños, tanto de la ciudad como del campo, ocupaban completamente el templo para seguir el acto, convirtiéndose en los reales protagonistas del mismo. Estos niños, provistos de frutas -preferentemente membrillos- para apagar la sed en la calurosa tarde, acababan convirtiendo la iglesia en una verdadera batalla campal al tirarse unos a otros -e incluso a los pequeños actores-, los restos de estas frutas.
Desaparecida esta costumbre hacia los años cincuenta de nuestro siglo, la Prueba del ángel se ha convertido en una pre-representación de la Festa en donde es posible contemplar, únicamente, las apariciones de los tres aparatos aéreos -ya adornados-, es decir, la parte más espectacular de la obra asuncionista. Esta celebración sigue teniendo en los niños ilicitanos, a sus espectadores incondicionales.
La entrada a la iglesia es, naturalmente, libre y la duración aproximada del acto es de una hora.
Cronica: Patronato Misteri D’Elx
Fotografías: Alberto Carrillo / AFPRESS
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